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“Si tiene solución, ¿por qué lloras? Si no tiene solución, ¿por qué lloras?”


La semana pasada hablamos de la impermanencia. El cambio es la única constante de la vida y gracias a ello, todo, absolutamente todo, es posible. Gracias a la impermanencia regresamos al ahora. Gracias a la impermanencia comprendemos a profundidad que este momento es todo lo que poseemos y poseeremos en la vida. Gracias a la impermanencia comprendemos que somos instantes, transitorios, efímeros y tenemos un mundo de posibilidades por delante.

Así como nuestra naturaleza es transitoria, es importante comprender que así también es cada una de nuestras experiencias. Los pensamientos vienen y van, las emociones aparecen y desaparecen y sin embargo nosotros, nuestra verdadera esencia nunca cambia. Al lograr entender la verdadera naturaleza de la mente comprendemos que somos el que observa todos los cambios que suceden a nuestro alrededor. Nuestra esencia no se ve afectada frente al cambio, más bien se ve fortalecida al entender el significado de la impermanencia de la vida.

Con este conocimiento desarrollamos en nosotros la sabiduría necesaria para enfrentarnos a la vida con fortaleza y ecuanimidad de mente. Existe un sendero muy sutil que nos lleva hacia un punto de quietud, claridad y equilibrio. La ecuanimidad surge cuando liberamos la mente de negatividades, prejuicios, bloqueos, patrones de conducta anticuados y reactividad ante el placer y la aversión. La ecuanimidad es firmeza de mente, equilibrio de emociones y una capacidad de asumir las cosas tal cual son.

Sin embargo, la mente al acercarse a un cambio, se aferra a lo que considera su zona de confort y manifiesta una cadena de sensaciones y emociones poco placenteras que hacen la transición más dolorosa y menos fluida. Y te preguntarás ¿cómo podemos cultivar en nosotros una mente ecuánime y neutra ante las seguras eventualidades de la vida?


Aquí es donde surge la Meditación y Mindfulness como herramientas para disciplinar y purificar la mente. Al meditar desarrollamos una ecuanimidad de mente, un estado libre de alteración, un estado de relajación y enfoque en el que comprendemos la impermanencia de la vida, la impermanencia de cada pensamiento, emoción o situación, lo que nos permite abordar la vida de una manera más práctica y real.


No te pierdas el artículo de la próxima semana, dónde profundizaré acerca de cómo la meditación nos ayuda a soltar estos condicionamientos y hábitos mentales que nos hacen apegarnos al sufrimiento, reduciendo así, nuestra calidad de vida. Para más información sobre cursos de Meditación y Mindfulness, haz click en Mindful Guatemala, una empresa social dedicada a la educación y entrenamiento sobre estas técnicas.



Stephanie Bianchi

s.bianchidl@gmail.com

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