Socialmente se ve el embarazo como un momento de plenitud y de estar feliz en la “dulce espera”. En la calle los extraños ven a una mujer embarazada e inmediatamente la felicitan e inspira palabras de amor y ternura. Sin embargo, todas las mujeres que hemos estado embarazadas sabemos que no todo es color de rosas.
El embarazo, si bien es una bendición inmensa, implica uno de los mayores cambios en la vida de una mujer, y como todo cambio, trae consigo muchísimo estrés. La mayoría de las mujeres se llenan de pensamientos como “No debería de estar sintiéndome así”; “No se si voy a poder con el dolor de parto”; “Cómo voy a hacer con otro hijo en la casa”; “No se si voy a contar con el apoyo de mi pareja”. Todos estos pensamientos tienen un factor en común: la anticipación y el temor a lo desconocido.
Y es que, si nos ponemos a pensar en todos los cambios y retos que conlleva la maternidad, podemos entender perfectamente por qué una mujer embarazada se puede sentir agobiada y abrumada ante tanta incertidumbre.
Aunque es común, el estrés en el embarazo no se debe de subestimar. Hoy en día diversos estudios demuestran el impacto que pueden tener niveles elevados de cortisol en el proceso de gestación de los bebés, incluyendo: mayor riesgo de sufrir nacimientos prematuros o tardíos, bajo peso al nacer y/o problemas de respiración.
Por lo que, desarrollar habilidades para el manejo de la ansiedad en mujeres embarazadas, no es solo un tema de disfrute y plenitud en el embarazo. Es un tema de salud pública y de prevención en el desarrollo de niños sanos.
Mindfulness brinda herramientas claves que ayudan a la madre a vivir en el “Aquí y el Ahora” y a reducir la ansiedad por lo que está por venir. Aprender a desarrollar habilidades como: soltar las ideas preconcebidas que tenemos sobre nuestro embarazo y nuestro parto, reconocer y aceptar nuestras emociones y pensamientos sin juzgarnos como “malas madres”, aceptar el dolor y la incomodidad como una sensación física y desligarlo de su componente racional, hacer las paces con la incertidumbre y verdaderamente aceptar que no tenemos el control sobre lo que va a ocurrir y simplemente permitirnos vivir el embarazo un día a la vez, pueden hacer una inmensa diferencia en la experiencia de una mujer embarazada.
Vivir este proceso desde una actitud de aceptación y paciencia, en lugar de temor y necesidad de control puede ayudarnos a alcanzar, irónicamente, todo lo que deseamos. Puede ayudar a relacionarse con uno mismo con mayor conciencia y compasión, promover un mejor manejo del dolor de parto e incluso una menor sensación de dolor y mejorar la comunicación con nuestra pareja y todo nuestro entorno.
Por lo que, si estás embarazada, te invito a conocer y a aplicar las técnicas de Mindfulness en tu día a día. Te invito a sentir tu cuerpo y tu barriga, te invito a respirar y a visualizar a tu bebé dentro de ti. Te invito a darle la bienvenida a todos esos pensamientos, emociones y sensaciones físicas que no quieres tener como lo que son, simplemente manifestaciones pasajeras de una realidad pasajera, que pasará más rápido de lo que piensas. ¿Fácil?, para nada. Pero vale la pena, por ti y por tu bebé.
Sandra Pagliuca.
Bitácora de una Madre
@btacoradeunamadre
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