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La raíz de todo sufrimiento es el apego, pero ¿el apego a qué?


Si alguna vez te has encontrado con las enseñanzas del Buda, quizás habrás escuchado la frase “la raíz de todo sufrimiento es el apego”. Si eres un poco como yo, esta frase te habrá sonado un poco a una enunciación existencial o bien te habrá dejado más confundido. Recuerdo que la primera vez que leí la frase, quise reflexionar al respecto pero mi razonamiento simplemente no me permitió abrazar esta idea.

Mientras más estudias un campo, más descubres. Tan grande fue mi sorpresa cuando descubrí que en la filosofía budista todas las enseñanzas giran alrededor de estos 2 temas: el sufrimiento y el apego. Esta semana quisiera que nos enfocáramos en reflexionar sobre el sufrimiento y más específicamente en cómo se diferencia del dolor. Muchas veces, debido a nuestro condicionamiento o hábitos mentales, tendemos a creer que el dolor y el sufrimiento son circunstancias inseparables. Que el dolor no puede existir sin el sufrimiento o viceversa. Que son análogos de una vida casi destinada a sufrir.


No obstante quisiera resaltar que el dolor, si bien es cierto, es una parte inevitable de la vida pero el sufrimiento no lo es. El dolor simplemente es y ocurre. El sufrimiento es la reacción ante el dolor. Para esto quisiera que imagines que te haces daño físicamente; sientes dolor, quizás llores, te curas la herida y sigues con tu vida. Al día siguiente, miras la herida, recuerdas el incidente pero no sientes el mismo dolor ni lloras de nuevo porque comprendes que ya pasó.


Ahora bien, usemos el mismo ejemplo pero con respecto al dolor emocional. Te encuentras platicando con un amigo y él te dice una grosería, un comentario que te duele en lo más profundo de tu ser. En ese momento te arde, quizás lloras pero continúas con tu vida. Al día siguiente recuerdas el incidente, recuerdas las palabras de tu amigo y te vuelve a doler como si fuera la primera vez. Te enojas, te frustras, te entristeces pero sigues con tu vida. Una semana después, vuelves a recordar el incidente y te vuelve a doler, te enojas, te frustras, te entristeces, etc. Esto señores, es la diferencia entre el dolor y el sufrimiento.


Según las enseñanzas del Buda “El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.” El sufrimiento surge debido al apego que sentimos a no sentir dolor; nuestra testaruda resistencia ante un hecho inevitable, una característica de la vida misma.

Sentimos dolor y en vez de observarlo y aceptarlo por lo que es en este momento: pasajero, cambiante e impermanente, nos aferramos al hecho de no querer sentir ese dolor. Lo rechazamos, lo evitamos, lo escondemos. Sufrimos, alargamos e incluso incrementamos el dolor, al no querer aceptar el ahora tal y como es.


Si quieres descubrir cómo la Meditación y el Mindfulness nos ayuda a cultivar una mente objetiva y así desapegarnos del sufrimiento, te invito a que leas el blog de la próxima semana dónde estaremos profundizando más el tema.


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Stephanie Bianchi

s.bianchidl@gmail.com

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